Dentro del marco de los eventos, la comunicación no verbal tiene un rol crucial en la percepción y evolución de las actividades. ¿Qué se entiende, por tanto, como comunicación no verbal?
El lenguaje no verbal hace referencia a los gestos, posturas, indumentaria, miradas, expresiones faciales y señales varias que, si se dan de manera alineada con el lenguaje verbal, demuestran seguridad y confianza en la comunicación. Esta parte de la comunicación tiene una gran variedad de funciones y proporciona información constante en el contexto de la interacción, es decir, un orador no tiene solo oyentes, tiene espectadores.
Además, todos estos aspectos capaces de comunicar lo hacen a veces incluso de forma más poderosa que las propias palabras. Por este motivo, el protocolo debe tener en cuenta la comunicación no verbal como un factor crucial para asegurar el éxito de cualquier evento.
La comunicación no verbal como herramienta de protocolo
El protocolo abarca no solo los elementos formales de la organización, sino también la manera en que los asistentes interactúan entre sí. En este contexto, los gestos y el lenguaje corporal deben estar en sintonía con la tipología y naturaleza del evento para crear un entorno respetuoso y coherente.
Por ejemplo, en un acto de carácter oficial, gestos como un apretón de manos firme, una expresión facial tranquila y una postura erguida transmiten autoridad y profesionalismo. Sin embargo, en un evento más distendido, como el lanzamiento de un producto, sonreír de manera natural y mantener una postura relajada pueden facilitar la interacción entre los asistentes.
Errores de tu lenguaje corporal que arruinan tu imagen
Los gestos influyen directamente en cómo los demás perciben a los asistentes de un evento, por tanto, estos son los errores que no se deben cometer:
- No bajar la cabeza ni la mirada ya que muestra inseguridad.
- Las sonrisas nerviosas dan a entender que te estás burlando o no te tomas en serio lo que te están diciendo.
- Fruncir el ceño se percibe como falta de convicción o duda.
- Ocultar las manos hace que falten elementos corporales clave. Las manos permiten describir detalles, por ende, es importante que se vean.
- Taparse la boca al escuchar a alguien se percibe de manera negativa, ya que se muestra inconformidad y da sensación de que se quiere decir algo, pero no se dice.
Por supuesto, se deben atender los gestos vulgares como mascar chicles e incluso la manera de andar puede mostrar falta de delicadeza.
Cómo colocarse en un contexto de comunicación: postura
La postura correcta es natural, firme y relajada. Para ello, se debe repartir el peso del cuerpo de manera proporcional, con los hombros y los brazos sueltos. En el caso de que haya micrófonos, se debe tener una distancia constante y medida con estos.
De la misma manera, las manos deben estar abiertas y visibles, es decir, no se deben esconder tras la espalda, debajo de la mesa o en los bolsillos. Los brazos, deben evitar doblarse a la altura del pecho ya que se percibe como una postura defensiva, mientras que las piernas deben estar juntas o bien cruzadas, sin tensión ni relajación total, en dirección al interlocutor.
La coherencia entre la comunicación no verbal y verbal
Una comunicación eficaz en eventos se basa en la congruencia existente entre lo que se expresa y la forma en que se expresa. Es decir, si las palabras contradicen el lenguaje corporal, los asistentes prevalecerán la confianza de los gestos más que del discurso. Por esta razón, es de suma importancia que los organizadores, ponentes y asistentes sean conscientes de sus gestos y expresiones.
En definitiva, la comunicación no verbal es un elemento fundamental en el protocolo de cualquier evento. El lenguaje corporal y los gestos no solo enriquecen el mensaje verbal, sino que también generan impacto en la percepción y el éxito del evento. Una gestión correcta y consciente de la comunicación no verbal puede marcar la diferencia entre un evento inolvidable y uno común.