Los conceptos de protocolo social y normas básicas de educación tienen como objetivo principal guiar el comportamiento de las personas dentro de la sociedad. Sin embargo, estos son normalmente confundidos en el marco en el que tienen lugar las interacciones humanas
Protocolo social
Protocolo social se puede definir como el conjunto de normas formales que se encargan de regular el comportamiento de las personas en un contexto institucional o ceremonial. Así mismo, podrá variar en función de la cultura y la tipología del evento, englobando aspectos como la etiqueta, precedencia en mesas o la manera de dirigirse a los demás. Es decir, se necesita un conocimiento previo para su aplicación.
Normas básicas de educación
Por otro lado, las normas básicas de educación consisten en un conjunto de reglas basadas en el respeto y la cortesía, aplicables a cualquier tipo de situación y contexto, donde priman los valores universales como la consideración o la empatía. Algunos ejemplos pueden ser ceder el paso, saludar, pedir las cosas por favor o dar las gracias. En otras palabras, son acciones sencillas y cotidianas que no requieren conocimiento especializado.
Diferencias clave
En este sentido, las principales diferencias que se pueden deducir son las siguientes:
- Formalidad: Mientras que el protocolo social sigue una estructura y se caracteriza por su formalidad, las normas de educación tienen un carácter informal.
- Conocimiento: El protocolo requiere un aprendizaje concreto y especializado, pero las buenas maneras y la educación se aprenden de forma natural.
- Contexto: La educación es universal, pero el protocolo se adecua a cada situación.
Complementariedad
Ambos conceptos son complementarios. En otras palabras, el protocolo se encarga de estructurar los eventos de manera formal, mientras que la educación se encarga de que haya interacciones respetuosas en cualquier tipo de contexto.
Por ello, es importante tener en cuenta estas diferencias, ya que las normas de educación fomentan una convivencia diaria positiva y, el protocolo, asegura el orden en contextos formales. Por ejemplo, saludar es una cuestión de educación, pero saber cómo dirigirse ante una determinada figura, es protocolo.
Estos términos, unidos, hacen referencia a una serie de herramientas fundamentales para conseguir la armonía social.